domingo, 24 de agosto de 2014

Estamos cambiando, pensando todo el día en lo que hacemos, haciendo todo el día lo que pensamos, haciendo todo el día lo que queremos.


Aunque Nekro tenga razón, hemos crecido.
ya no vamos a bailar, tanto.
Usamos el pelo más corto. Tomamos café té o mate, o alguna infusión que sustituyó al nesquik. Pagamos facturas a nombre nuestro. Tenemos algunas mascotas a nuestro cargo. Viajamos en bici.
Algunos no, siguen exactamente iguales.
y nos irrita.
Que sigan quejándose de las mismas cosas,
que cometan los mismos errores y todavía se sorprendan
porque sabemos que para que una herida cicatrice tiene que doler
tiene que dejar una marca en nuestro cuerpo
porque podés leer un libro que te cuente lo que es el fuego, pero jamás ese conocimiento será lo mismo que quemarse.
Hay una distancia entre vivir y haber vivido que se aloja en la memoria. Y según eterno resplandor, ni borrando los recuerdos puede olvidarse.
Es el inconsciente, no es un espíritu que no podemos percibir. ¿dónde iba a estar sino? ¿en el aire? Está más cerca, no más lejos que nosotros. Por eso no podemos conceptualizarlo. Se requiere distancia para nombrar. Se requiere ser sujeto de un objeto, el objeto nombrado está separado.
Separación.
Y está bueno tener palabras nuevas para emociones nuevas, porque lo nuevo es joven aunque venga con los años.